martes, 13 de mayo de 2008

Sonidos Diarios

El primer sonido es el usualmente despreciable tono de la alarma del celular, que significa que hay que levantarse cuando uno está durmiendo placidamente. Luego de apagarlo y de comenzar a asimilar los otros sonidos del ambiente, comienza a distinguirse el “tic tac” del reloj despertador de la habitación de al lado. Escuchar esto significa que no hay nadie más en casa, o eso parece indicar el silencio que solo es cortado por las agujas del reloj. Comienza a distinguirse también el sonido de los autos, lejanos y constantes, interrumpidos por momentos por autos que pasan realmente cerca borran los demás sonidos. Cuando el sonido de los autos y el reloj parece ser lo único que se escucha, aparece un sonido que proviene desde arriba, la cama del cuarto de mi hermano, que me indica que no era cierto que estaba solo, sino que él está durmiendo en su cuarto. Después de esta pequeña interrupción vuelve el clásico sonido que alternan el reloj y los autos, estos últimos tapando al reloj cuando pasan demasiado cerca. Entre esta sinfonía monótona se distinguen finalmente algunos sonidos un tanto más particulares, algunos pájaros que pasan volando cerca, el perro de un vecino que ladra bastante en la distancia y el motor de la heladera que hace el sonido de cuando vuelve a arrancar, y que si no fuera por este sonido, es totalmente imperceptible por el acostumbramiento. Cuando vuelven a escucharse solamente el reloj y los autos que alternan sus distancias me doy cuenta de que no va a ser la hora más agitada en cuanto a sonidos que se pueda vivir, pero bueno, espero encontrarme con algunas sorpresas. De vez en cuando suenan bastante cerca los pasos de mi perro que camina por la casa y el ladrido de otro perro, más cercano que el que había ladrado anteriormente. Vuelven el reloj y los autos, y vuelve a sonar la heladera, se hace todo tan habitual que casi ni se destacan estos sonidos, lo que permite escuchar al perro volver a ladrar por un rato, a la gente que pasa conversando por el frente de la casa, mi panza que gruñe exigiendo un desayuno o a la gente que conversa en las casas contiguas. Antes de que el reloj y los autos vuelvan a tomar control de la situación sonora aparece un sonido que ya se había escuchado pero que comienza a repetirse casi al punto de unirse a la monotonía de los antes mencionados: el ladrido del perro de la vecina, finito y bastante molesto. El motivo de la excitación del perro se hace evidente cuando se escucha el sonido de la puerta de calle abrirse, la voz de la vecina dueña del perro y sus pasos en el pasillo, todos estos sonidos tapados a veces por los ladridos del perro, que continúan, al igual que la voz, que intenta imponerse. Se escucha luego el sonido de la puerta de la casa de la vecina al abrirse y cerrarse y un grito que, por lo que logra distinguirse, parece ser una orden para que el perro se calle. Por suerte para mí, después de unos pocos ladridos agudos más el perro se calla. Ahora el reloj y los autos parecen bastante agradables comparados al ladrido del pequeño perro, además comienzan a sonar autos un poco más cerca, lo que permite distinguirlos más y notar que algunos hacen sonidos muy particulares. La monotonía vuelve a aparecer, los autos vuelven a sonar lejos, el reloj sigue sonando y, por desgracia, vuelve el ladrido del perro que se hace constante una vez más. Después de un rato de escuchar lo mismo, aparece finalmente un sonido un tanto más interesante, principalmente porque no logro distinguir definitivamente qué es, parece un helicóptero, pero por la corta duración no logro identificarlo. Vuelven a ser protagonistas los autos y el perro, el reloj no se distingue tanto, hasta que se hace escuchar la voz de la vecina, evidentemente cansada, como yo, de los ladridos del perro, y este calla. Al callarse se distinguen voces que provienen de afuera, pero que vuelven a ser tapadas, esta vez por el sonido que produce mi hermano al moverse en la cama, que, al ser tan cercano, tapa también a los autos. Se escucha en un momento de particular silencio la voz de una vecina pero que ya no es la anterior, sino que suena más lejana, al igual que una puerta de casa, que, por tener la misma intensidad que la voz, parece ser la de la casa de la vecina que habla, pero es ciertamente imposible de verificar. Vuelven a sonar el ladrido, por poco tiempo esta vez, los autos y el reloj, que vuelve a aparecer. Todos estos se ven tapados por el regreso del sonido, esta vez más fuerte, más cercano y más prolongado, de lo que parece ser un helicóptero, pero que, a pesar de tener un poco más de certeza, no logro distinguir totalmente. Después de esto los sonidos vuelven a ser los mismos de antes: los autos que pasan, de vez en cuando se distingue alguna moto que pasa cerca, o una bocina, los ladridos del perro, la heladera, el reloj, pasos de mi perro dentro de mi casa, las voces de afuera, cortas y tapadas por los autos que pasan. Después de un rato de estos sonidos repitiéndose una y otra vez, vuelve a sonar lo que definitivamente ya se distingue como un helicóptero, suena más cerca y por más tiempo. Cuando el helicóptero se aleja, vuelven los autos y el reloj de fondo, acompañados a veces por los sonidos del perro dentro de mi casa, que los tapa por momentos, y por el sonido del helicóptero que, ahora más lejano, a veces es tapado por los sonidos de los autos que pasan más cerca, pero que se mantiene constante durante un rato. Además de los autos, el helicóptero es tapado por el sonido de platos, botellas y cubiertos que llega desde la casa de al lado con bastante nitidez. Cuando finalmente parecía que el reloj y los autos iban a tomar el control nuevamente, la monotonía se rompe totalmente cuando suena la alarma del celular de mi hermano, que luego de ser apagada da lugar al sonido de los movimientos de mi hermano al levantarse, los pasos por el cuarto y sobre la escalera, que al estar exactamente al lado de donde me encuentro no permiten escuchar nada mas, los pasos por la casa, la puerta del baño, el interruptor de la luz, el sonido del inodoro al tirar la cadena, el interruptor y la puerta de nuevo, el sonido de mi hermano al tirarse a la cama de mis padres y, finalmente, el sonido del televisor que impide ya escuchar otras cosas, a menos que sean más cercanas.

1 comentario:

paroxistico dijo...

que haces che, la verdad que no te vas a acordar de mi y yo si no tuviera tu mail por ahi tirado tampoco, pero me acuerdo que hablabamos y busque en google, me salto a este blog, y lei esto, me encanto. muy bien escrito, te salio muy interesante.
saludos que andes bien
mariano_isis